Mandela y la lucha por la paz, la justicia y la reconciliación
DOI:
https://doi.org/10.38180/rpdi.v68i160.750Resumen
Luego de lo ya manifestado en torno a la figura extraordinaria de Nelson Mandela, a su vida, a sus convicciones, a la fortaleza de su carácter que alimentaba a una personalidad que fue sensible a valores superiores, lo que vaya a decir constituirá, de algún modo, una reiteración. Empero si se trata de reafirmar la inteligencia y acción de una persona que nos enseña a ser mejores personas y a luchar por una sociedad más plena, creo que me podrán perdonar el que reitere ideas que ya en esta misma mesa, esta noche, se han expresado. Todos recordamos aún la precipitación de cambios inesperados que tuvo lugar al iniciarse la última década del siglo XX. En ese trepidante periodo al que el historiador británico Timothy Garton Ash se ha referido como “la historia del presente”, el año de 1990 representa el derrumbe del bloque totalitario de cuño comunista patrocinado por la Unión Soviética y, por consiguiente, el fin de la guerra fría. Bien es cierto que los años por venir nos desengañaron respecto de las expectativas de paz internacional y estabilidad democrática que parecían prometer esas veloces transformaciones regionales y mundiales. Pero no se puede negar que, a pesar de todos los traspiés conocidos desde entonces, entre los que hay que incluir el muy reciente resurgimiento de autoritarismos populistas alrededor del mundo, el año 1990 constituye un giro relevante en la historia contemporánea: una crítica práctica del totalitarismo y del autoritarismo y, sobre todo, una crítica del imperio del cinismo en la política mundial, ese cinismo según el cual las grandes potencias mundiales apoyaban y sostenían a estados o gobiernos vasallos por un inapelable cálculo de conveniencias, sin que les importara los crímenes contra su población que dichos regímenes cometían. En efecto, la catástrofe que significó la Segunda Guerra Mundial parecía haber consolidado la doctrina de los derechos humanos como valores universales. Sin embargo, gracias a los arreglos políticos internacionales, varios regímenes opresores subsistían y uno de ellos, el más emblemático por su minuciosa y arcaica tiranía era el apartheid, un sistema de separación racial que iba a contracorriente de los más elementales signos de civilidad del siglo XX. El apartheid, en efecto, era un orden que ponía en escena las más crueles y desvariadas fantasías positivistas de los tiempos coloniales del siglo XIX. Fue un régimen de vergüenza que subsistía como una reliquia de las épocas más brutales del colonialismo decimonónico.Descargas
Publicado
2018-12-31
Cómo citar
Lernes Febres, S. (2018). Mandela y la lucha por la paz, la justicia y la reconciliación. Revista Peruana De Derecho Internacional, 68(160), 87–96. https://doi.org/10.38180/rpdi.v68i160.750
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Artículos
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